Ya no recuerdas cuándo fue la última vez que pudiste ir sola a la peluquería, o eres el único que lleva a su novia al bar a ver el partido de fútbol, o han pasado todo el día enviándose mensajes de texto, contándose hasta qué bocadillos comieron, y ahora que están en casa ya no tienen de qué hablar. Si cualquiera (o dos, o los tres) de estos escenarios se te hace familiar, es probable que estés en una relación controladora. Esto es lo que debes saber sobre el “amor asfixiante” y qué hacer para evitarlo.
Control, no amor
Una relación asfixiante se caracteriza por el dominio del tiempo y la atención de la otra persona. A menudo implica comunicación excesiva, falta de espacio personal y la violación de los propios límites. Muchas personas han crecido con la creencia de que si su pareja las controla y las cela es porque las ama y se preocupa. Incluso hay culturas donde la posesividad es aceptada y alentada. Pero la realidad es que querer controlar la vida de alguien no es amor, sino falta de confianza bien sean en uno mismo, en la otra persona o en la relación como un todo. Y una relación así casi siempre está condenada al fracaso.
Señales de alerta
A veces, el estar enamorados nos ciega ante posibles banderas rojas y esto nos lleva a aceptar comportamientos e imposiciones que no nos convienen. Estas son 8 señales de que tu relación pudiera estar basada en el amor asfixiante y controlador:
- No tienes espacio personal: ya no puedes salir sin tu pareja, ni visitar a tus amistades o familiares, o te revisa el teléfono o tus pertenencias. Sea lo que sea, tú sientes que ya no eres tu propia persona.
- Mientes más a menudo: subconscientemente buscas alejarte de tu pareja, entonces comienzas a decir mentiras como que debes salir tarde del trabajo. Lo único que buscas es tener tiempo a solas.
- Tu pareja se muestra dependiente: está constantemente buscando tu afecto o aprobación, y sientes que no puede hacer nada sin ti. Por eso, se “pega” de ti en todo lo que haces.
- Te hace sentir mal: si tienes que hacer algo sin tu pareja, como por ejemplo, un viaje de trabajo al que no puedes llevarle, te manipulará para hacerte sentir que no te esfuerzas para que pasen tiempo de calidad juntos.
- Tu día es un informe: a todos nos gusta recibir un mensaje de texto de vez en cuando para saber que nuestra pareja piensa en nosotros, pero si tienes que pasar todo el día respondiendo mensajes e informando qué estás haciendo, eso ya no es amor.
- Celos irracionales: tus amistades, tu familia, tu trabajo, tus pasatiempos… cualquier cosa que no involucre a tu pareja representa una competencia.
- Intenta cambiarte o aislarte: dejaste de hacer cosas por tu cuenta para evitar problemas. Ya no sales con tus amistades. Comenzaste a practicar actividades que no te gustan. Comienzas a vestirte o peinarte como tu pareja quiere que lo hagas.
- Se encarga de que todos lo sepan: una forma de control en esta era moderna que muchos ignoran es ventilar su relación en las redes sociales. Tu pareja sube estados, historias o publicaciones pidiendo “consejos” de relaciones o con frases de indirectas, o incluso fotos de ustedes dos que tú no diste permiso de publicar. Es una nueva forma de controlar y “hacerle saber al mundo” que tú eres de su “propiedad”.
La libertad es necesaria
No poder dar un paso sin informárselo a tu pareja no solo es extenuante, sino que a la larga afecta la relación. Zulmarie Padín, coach de vida y terapeuta radicada en Miami, Estados Unidos, explicó en una entrevista para la cadena Telemundo que la distancia es necesaria para mantener el interés y la atracción, y para mantener la buena salud mental de la pareja. Cuando en la relación existe la liberad y se respetan los límites, esto le permite a cada persona perseguir sus intereses, mantener su identidad y aportar experiencias únicas, fomentando en última instancia una mayor felicidad y durabilidad.
¿Cómo evitar asfixiarse?
Si reconociste algunas señales en tu relación o simplemente quieres tener las herramientas para evitar estos problemas con tu próxima pareja, estas son XXXX cosas que puedes hacer para que en tu relación reine el amor, no el control.
- Establezcan límites claros: todos tenemos nuestra “lista” de cosas que nos gustan y que no nos gustan, de qué podemos comprometer y qué no. Es preferible que todo esto quede claro desde un principio. Por ejemplo, que necesitas salir con tus amigas al menos una vez a la semana. Esto les ayudará a respetar sus límites y necesidades.
- Prioricen su tiempo personal: es verdad que el amor nos puede llevar a querer estar con la otra persona todo el tiempo, pero no dejes que esto te aleje de tu tiempo personal. Mantén tus intereses y pasatiempos y respeta los suyos. Esto contribuye a que la relación no se torne dependiente y asfixiante.
- Comuníquense: aunque muchos dicen hacerlo, en realidad nadie sabe leer mentes. Las parejas deben mantener una comunicación abierta para ir evaluando sus necesidades y exigencias. No solo se dejan las cosas claras, sino que, al principio, les ayudará a determinar si pueden aceptarlo o no.
- Aprendan a negociar: a veces, los límites pueden doblarse dependiendo de las situaciones y el contexto. Las parejas deben saber negociar para llevar la relación por buen camino y que las decisiones que tomen no tiendan a favorecer siempre a solo una de las partes.
- Busquen ayuda:las parejas más exitosas muchas veces tienen un as bajo la manga: acuden a terapia. Antes se creía que buscar ayuda profesional era un paso que se daba antes del fin, pero la realidad es que no deben esperar a ahogarse para tener apoyo. Más bien, esto puede darles herramientas para toda la vida.
Último recurso
Si tu pareja se niega a cambiar su comportamiento controlador a pesar de aplicar las recomendaciones anteriores, como comunicarse mejor y establecer límites; o si no ves cambios después de acudir a la terapia, o la situación comienza a tornarse violenta e impredecible, entonces lamentablemente es hora de que consideres terminar la relación. Recuerda que tu salud mental siempre debe ser tu prioridad y un control que se disfraza de amor no vale el riesgo.
